Se trata de una escultura en donde se experimentan las reacciones sensoriales a combinaciones de materia y forma que están en relación directa con el espacio vacío que la rodea, envuelve y atraviesa. Los materiales por sí mismos, hormigón armado, acero Corten y acero inoxidable, ya transmiten una carga emotiva inherente a ellos mismos y que les hace vibrar de contraste tanto cromático como textural; si además le añadimos una morfología de formas geométricas, predominantemente rectangulares, ordenadas en un espacio vertical en tensión permanente con el suelo y con el cielo de la escultura acabado en una esfera plana suspendida de un arco elipsoidal, a modo de ˝gong musical˝ que es el encargado –—supuestamente, ya que permanece fijo e inmovil— de producir la vibración al ˝doble diapasón˝ de la parte baja de la escultura, da como resultado un conjunto armónico cargado de fuerza expresiva que por su ubicación al aire libre, le dota de una nueva dimensión cambiante según la posición del espectador.